Son de Jazz
Dúo formado por María Romero (voz) y Carlos Martín (guitarra), ambos con gran experiencia en el lenguaje del jazz el cual los ha unido para crear un estilo singular dentro de este ámbito. Granadinos de nacimiento son reconocidos en el panorama nacional por su gran trayectoria musical.
Son de Jazz mantiene el perfil clásico en sus temas, desde los standards, a los boleros y la bossanova incluyendo grandes temas del pop contemporáneo, pero introduciendo pinceladas de fusión.
Son de Jazz convierte algunos standards en estándares adaptando al español esos temas clásicos originalmente creados e interpretados en inglés al cual estamos acostumbrados, moldeando las letras para mantener la sonoridad y el mensaje de estas canciones.
María Romero incorpora en sus actuaciones el looper, lo que, gracias a su tesitura de cuatro octavas, le permite utilizar este instrumento de forma novedosa, multiplicando sus posibilidades vocales en directo con la creación de bucles corales de armonías y ritmos. Este instrumento convierte a esta artista en multivocalista, pionera dentro del campo del jazz, con unos resultados sorprendentes y espectaculares.
Carlos Martín es un músico excepcional que aporta a la guitarra unos matices y colores que dan un sonido único y característico a su instrumento. Personalidad natural en sus armónicos con los que navega libremente sobre las improvisaciones jazzísticas y que junto a María Romero con su sonoridad vocal muy propia y profunda dan libertad interpretativa y rienda suelta a estos dos…que vienen en Son de Jazz.
Carlos Martín y María Romero son referentes de la escena jazzera granadina y nacional desde hace años, y sin embargo hasta hace apenas 3 no habían tenido un proyecto conjunto. Pero cuando se unieron la portentosa voz de María y la virtuosa guitarra de Carlos en “SON de JAZZ”, quizá ni ellos mismos sabían la sintonía que iban a desarrollar en el escenario, pues si algo distingue a este dúo es la complicidad musical que despliegan en cada actuación. Ambos son músicos intuitivos, instintivos, que se acompañan en complejas melodías como si tuvieran el círculo de quintas enroscado en la cóclea.
Desde standards de jazz americanos, sugerentes melodías de la bossanova brasileña, inolvidables boleros españoles, sin descartar grandes “temazos” del pop actual, las versiones de “Son de Jazz” de estos cantos de frenética ida y vuelta globalizada se amalgaman sin perder por ello la memoria de las canciones prístinas.
En su nuevo espectáculo incorporan “loops” vocales que María hace surgir en directo como un mago las cartas de una baraja inagotable, como una diosa védica de múltiples rostros, pero sin trampa ni cartón. Las voces armónicas se acumulan, se intercalan, se acompasan, y el espectador solo puede quedar asombrado del crescendo coral que remata algunos temas, en los que casi espera que salga a saludar un coro gospel que se oculta tras las bambalinas.
En resumen, si no los han disfrutado, no se lo pierdan, y si lo han hecho, repitan.
R.G.S.